jueves, 24 de junio de 2010

Eh

¡Eh! ¡Escúchame! Quiero llamar tu atención pero no sé qué decir porque “te quiero”, “te echo de menos” y “eres preciosa” han perdido su valor. Se han convertido en palabras vacías como el “hola” y el “no, gracias”. Excremento de pato, cien canicas de colores cayendo desde un cuarto piso y rebotando, una rueda de bicicleta encima del televisor. Quiero intensidad, intensidad, intensidad en todo.

Tiembla, tiembla
Mírame y tiembla
Bésame y sonrójate como la primera vez
Rueda por mi cama y
da vueltas alrededor de mi cuerpo
Devórame
Aráñame
Traspásame con tus dedos
Acumula los besos castos y
explota en uno inmenso, sensual, eterno
Susúrrame al oído lo que me harás con tu cuerpo.

sábado, 6 de febrero de 2010

How time flies!


Qué sensación más extraña...

Miro la barra lateral del blog y compruebo que no escribo desde agosto. El mejor agosto de toda mi vida.
¿Escribía porque no tenía nada mejor que hacer?, ¿por qué me resulta tan fácil hablar de las cosas malas y tan difícil hablar de las buenas?, ¿por qué vuelvo a escribir justo ahora?

Ha pasado el tiempo tan rápido. Estoy en tercero de carrera. Mañana llevaré dos años y medio sonriendo por ti. Y todavía no me he acostumbrado a vivir en Madrid.

jueves, 2 de agosto de 2007

Mi abuelo.

Cuando era pequeña, mi abuelo solía ir a buscarme al colegio. A veces también venía mi padre, cuando salía pronto de trabajar, pero yo prefería que viniese mi abuelo. Él siempre me traía un huevo Kinder aunque mi madre, al llegar a casa, le regañase porque luego no me comía las judías verdes o el pescado.
Además, mi abuelo me contaba unos cuentos preciosos. Me hacía mucha gracia su forma de hablar, porque mi abuelo no era español, nació en Italia.
La protagonista de todos sus cuentos era una niña que se parecía mucho a mí: tocaba el piano, estudiaba inglés, jugaba al tenis…
No consigo recordar los detalles de las historias, sólo recuerdo vagamente personajes y algunas escenas. Lo que sí recuerdo es que era una niña fuerte que nunca se rendía, capaz de superar todos los obstáculos que se le ponían por delante.
En invierno, mi abuelo se ponía malo frecuentemente y yo le iba a visitar al hospital donde me seguía contando cuentos. Normalmente se recuperaba cuando llegaba el verano, pero se acercaba el día de mi cumpleaños y él seguía hospitalizado. El día de mi cumpleaños me desveló un gran secreto: yo era la niña de los cuentos. Dentro de mí residían todas aquellas cualidades que yo deseaba tener. Sólo necesitaba tiempo para darme cuenta de ello.
Al día siguiente mi abuelo ya no estaba en el hospital. Tampoco vino a buscarme cuando empezó el colegio.
La protagonista de los cuentos se llamaba Allegra.


miércoles, 25 de julio de 2007

Buscando a Wally.

¿Puedes encontrar al hombre de la foto? ¿Cuánto tiempo has tardado en encontrarlo? (podéis ampliar la imagen para verlo mejor)




De acuerdo con experimentos médicos:

  • Si lo encuentras en tres segundos, tu cerebro es más desarrollado que el de las personas normales.

  • Si lo encuentras en un minuto, tu cerebro tiene un desarrollo normal.

  • Si tardas de 1 a 3 minutos, tu cerebro esta reaccionando lentamente, ingerir mas proteína te puede ser de ayudar.

  • Si tardas más de 3 minutos, tu cerebro es muy lento y la única sugerencia es ensayar con más diseños de este tipo para desarrollar esta zona del cerebro.

Imagen: www.apasarelrato.com

lunes, 23 de julio de 2007

Crónica de una noche en Chueca.

Normalmente no suelo salir por Madrid, porque:

1. El último autobús a Segovia sale a las 10.30.
2. Mi economía no es que sea muy boyante.
3. Todos mis amigos son hetero y prefieren salir por esta nuestra mini ciudad.

Pero este viernes, mi AMIGO (sí, de esos amigos con mayúsculas) Kallejero me acompañó y mi tío nos ofreció su “humilde” apartamento para pasar la noche.

En el autobús acabé sentada en el suelo y mi querido amigo (esta vez léase con un tono claramente sarcástico) empezó a hacerme fotos e intentó que mi cuerpecito se quedase encajado entre asiento y asiento. La botella que llevábamos con líquido negruzco y alcohólico empezó a rodar por el pasillo del autobús y… llegamos.

Después de hacer acopio de hielos y vasos de tubo, empezamos a buscar una calle donde hacer botellón sin dar mucho el cante. Al final nos sentamos en unas escaleras y nos pusimos a jugar al “Yo nunca he…” . Según se nos iba subiendo empezamos a confesar nuestros secretos más escandalosos, como el incalculable número de profesoras que me había gustado a lo largo de nuestra estancia en el instituto (vaaaaaaaale, algunas eran muy feas, pero es que a mí me ponen las personas intelectuales o inteligentes…). Kallejero le compró una rosa a un chino que pasaba por allí y, con ella en el escote (yo, no Kallejero) nos dirigimos al Escape.
Allí conocí a una chica que me sacaba diez añitos mientras mi amigo compraba tabaco y… bueno… siento haberte dejado solito un rato, jeje.

Estoy feliz. He descubierto que el vacío que siento normalmente se debe a que estoy en el lugar equivocado, a que me falta libertad, cariño, mimitos…

En fin, necesitaba salir una noche por Chueca.

miércoles, 18 de julio de 2007

Ensayando

Siento que me ahogo. Me ahoga esta ciudad. Siento como si estuviera esperando que empezara mi vida. Como si lo que estoy viendo fuera sólo un ensayo general para algo más grande.


Muchas veces me imagino a mí misma con más de sesenta años, con un corte de pelo a lo paje, blanco como esa crema que viene en un bote azul y unas gafas de sol gigantes, redondas y negras. Odiaría convertirme en una de esas señoras con tupé y abrigos de piel que huelen a laca y a pintauñas.


Lo que más miedo me da es que, al llegar a esa edad y mirar atrás, no me guste lo que veo. Sentir que no he aprovechado el tiempo, que ese “algo más grande” no ha llegado todavía, cuando ya no pueda hacer nada para evitarlo.

miércoles, 11 de julio de 2007

Juegos

Ayer, después de hacer un recorrido por los bares de Segovia y de tomar un granizado haciendo ruiditos al llegar al final, fuimos Kallejero y yo al sótano de casa de sus abuelos.
A mí el sótano me da mal rollo, porque es el sitio donde solemos ver las pelis de miedo, pero mola. Además, es el lugar oficial para ver trilogías (Saw, Piratas del Caribe, El Señor de los Anillos) la misma tarde; eso sí, con descansos para comer pizza, encender la chimenea porque ya no hay mantas para todos, tomar chupitos de café y de hierbas (puagg) etc.. etc..
Pero no vimos una peli, estuvimos jugando a un juego raro que requería poner en marcha la neurona.

Y al Tabú (o a algo parecido) :

La palabra que Kallejero tenía que definir era Dátil.

Kallejero: Es una cosa dulce (creo) que tienen las palmeras..
Allegra: chocolate? Nata? HOJALDRE?



Kallejero: Noooo, esas palmeras noooo, la palmera que es un árbol.
Allegra: Ahhh! Plátano? Coco? Mmmm… Dátil?

En fin...